La polaridad natural y la estructura química de los lubricantes éster proporcionan una excelente solubilidad con los aditivos, lo que mejora su capacidad para transportar y distribuir varios compuestos que mejoran el rendimiento. Los fabricantes pueden adaptar estos lubricantes para cumplir con requisitos específicos, lo que da como resultado productos que ofrecen una protección inigualable contra el desgaste, una fricción reducida y una mayor eficiencia energética.